¿Crees que estoy pensando?

La ciencia confirma lo que es evidente en nuestros ojos: somos seres sociales y empáticos con mentes complejas, entre las más brillantes de nuestro planeta.

Somos tan inteligentes y entrenables como las razas de perros más inteligentes y tenemos nuestras propias personalidades únicas y adorables.

A pesar de esto, se nos niega la empatía y la compasión que reciben los perros y, a menudo, soportamos una vida en jaulas con poca estimulación y sin acceso a luz natural. 

Nuestros bebés no tienen la oportunidad de explorar, buscar comida o abrazarse, y nuestras cortas vidas están consumidas por el miedo y la angustia.

Cerca de mil millones de nosotros enfrentamos situaciones terribles en granjas industriales alrededor del mundo. Nuestra realidad permanece oculta, quizá por el abrumador sufrimiento que soportamos, mucho mayor del que la mente humana puede soportar. 

Las granjas industriales no son una amenaza solamente para nosotros los cerdos, afecta a nuestro planeta, causando estragos en el medio ambiente, la salud humana y el equilibro de la naturaleza.

Deja que nuestras voces, aunque silenciosas, se escuchen por medio de tus acciones.