Imagen principal con fines ilustrativos.
¿Un nuevo hogar o una nueva prisión?
Si bien el Oceanogràfic afirma que brindará a las belugas las mejores condiciones posibles, cuestionamos la ética de mantener animales en cautiverio con fines de entretenimiento.
Las belugas, como animales altamente inteligentes y sociales, sufren en cautiverio al verse privadas de su vasto hábitat natural y de la posibilidad de desarrollar sus comportamientos instintivos.
El cautiverio, incluso en las mejores condiciones, no puede replicar el complejo entorno y las necesidades de estas criaturas.
Explotación animal: Una industria que debe terminar
World Animal Protection, que trabaja para acabar con la explotación de animales salvajes con fines de entretenimiento, ha alcanzado ya más de 75.000 firmas en su petición para exigir al Oceanogràfic que deje de utilizar a los delfines.
España encabeza la lista de países con más delfines sufriendo en cautiverio de Europa, con un total de 93. Un 20% de estos se encuentran encarcelados en el Oceanogràfic, siendo así el centro con más delfines encerrados de España, según un ranking que World Animal Protection publicó en 2023.
Usar animales salvajes para entretenimiento no solo es cuestionable desde un punto de vista ético, sino que también contribuye a la perpetuación de una industria que captura o cría animales en cautiverio para su exhibición.
En esta publicación de Instagram de la Comunitat Valenciana, varias personas han expresado nuestra misma preocupación sobre el futuro de las belugas ucranianas:
¿Existe un futuro mejor para las belugas?
El caso de Plombir y Miranda nos invita a repensar nuestra relación con los animales silvestres.
Debemos avanzar hacia un modelo más ético y responsable, donde se priorice la conservación de las especies en su hábitat natural y se respete la sintiencia animal.
¿Qué podemos hacer?
- Firma la petición pidiendo al Oceanogràfic que esta sea la última generación de delfines cautivos.
- Apoya alternativas éticas: promueve el turismo responsable que no implique la explotación animal y visita santuarios que prioricen su bienestar.
- Alza la voz: defiende los derechos de los animales y exige cambios en las leyes que protejan a los animales de la explotación.
Solo a través de la denuncia, la educación y la acción colectiva podemos construir un futuro más compasivo y respetuoso con todos los seres sintientes.