Un caballo árabe galopando en libertad

12 datos sobre caballos que te sorprenderán

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Los caballos son animales majestuosos que han cautivado a la humanidad durante siglos. Su belleza, fuerza y elegancia los han convertido en símbolos de libertad y nobleza. Pero ¿cuánto sabemos realmente sobre estos increíbles seres? Más allá de su papel en la historia y la cultura, los caballos poseen características fascinantes que revelan su complejidad y sensibilidad.

¿Alguna vez te has preguntado cómo duermen los caballos? En este artículo descubrirás estos y otros datos sobre los equinos que te harán entenderlos, quererlos y cuidarlos más.

1. El origen del caballo se remonta a hace 50 millones de años 

Caballos pastando en el antiplano de Assy

Se cree que la versión más antigua que dio origen al caballo que conocemos hoy, data de hace más de 50 millones de años. Por supuesto que aquellos no se parecían mucho a los caballos actuales: ¡tenían el tamaño de una liebre! Como todo modificaron su morfología para adaptarse al cambio climático y sobrevivir hasta nuestros días.

La domesticación de los caballos comenzó hace más de 5.500 años de la mano de los nómadas asiáticos de la zona que hoy conocemos como Kazajistán. A partir de entonces, los caballos han sido muy útiles para la sociedad, participando en actividades tan diversas como la agricultura, el transporte, el deporte y la guerra.

En América, los caballos se habían extinguido hace más de 10.000 años, pero fueron reintroducidos en nuestro continente a partir del siglo XV, gracias a la conquista española.

2. Los caballos tienen una mente compleja

Una familia de caballos.

Los caballos son animales muy inteligentes y sociales; esa es la razón por la que los hemos incorporado a nuestras vidas de tantas y tan diversas formas.

Se sabe que los caballos pueden reconocer a otros individuos, recordar experiencias pasadas y resolver problemas sencillos. Esta inteligencia se ratifica con cada investigación, que revela hechos como que la capacidad cognitiva de los caballos es mucho mayor a la que se creía o que pueden entender nuestros estados de ánimo, una característica que comparten con los perros.

3. Los caballos usan todo su cuerpo para comunicarse

Un caballo café y un caballo negro comunicándose y expresándose afecto.

Todo el cuerpo de los caballos emite señales de comunicación, desde las orejas y los ojos, hasta la cola y las patas.

Los caballos mueven sus orejas para señalar algún objeto que llame su atención. Si las orejas están hacia atrás, significa que el animal está tenso o molesto; y si gira sus cuartos traseros hacia ti, ¡es hora de moverte de allí!

Cuando un caballo parece reír, en realidad está intentando agudizar su olfato, y si golpea el suelo con sus cascos, quiere decir que está impaciente o a la espera de que le den algo. Los relinchos pueden significar desde un saludo hasta el aviso de un ataque.

Como verás, los caballos son seres complejos y apasionantes. Observarlos con detenimiento nos hará entenderlos cada vez mejor.

4. Los caballos duermen siempre alerta

Una de las curiosidades sobre caballos más sorprendente tiene que ver con la forma en que duermen. Si bien pueden hacerlo tumbados en el suelo, —donde de hecho, se relajan más—, los caballos duermen la mayor parte del tiempo de pie. Esto se debe a su instinto de supervivencia nato: siempre están alerta y preparados para una huida rápida, de ser necesario.

Si bien los caballos tienen las mismas etapas de sueño que los humanos, necesitan menos tiempo para lograr un descanso reparador: unas tres o cuatro horas serán suficientes para estar activos durante todo el día.

5. Los agudos sentidos de los caballos

Un caballo olfateando hierba fresca.

Otro dato sorprendente de los caballos es que tienen los sentidos muy bien desarrollados:

  • Sus ojos, ubicados a los lados de la cabeza, les proporcionan un amplio campo visual de unos 300 grados; tienen una zona ciega detrás de su cuerpo (razón por la cual no debes acercarte por la parte posterior del animal, pues no te verá y podrías asustarlo) y otra por delante, debido a su largo hocico que interfiere en su visión.
  • El oído del caballo es muy agudo por naturaleza y le permite detectar sonidos desde largas distancias. Sus orejas móviles facilitan orientar de dónde viene el sonido. El oído equino percibe frecuencias más altas y más bajas que el humano, y ha evolucionado para entender el significado de nuestro tono de voz.
  • El olfato es uno de los sentidos más desarrollados de los caballos. Lo utilizan para identificar a otros caballos, encontrar agua y detectar cambios en su entorno. La yegua reconoce a su cría por el olor, y también a sus cuidadores. El olfato y el gusto de los caballos están estrechamente relacionados, lo que les permite identificar alimentos nocivos.
  • Por último, el tacto: los caballos tienen una piel muy sensible, en especial en las zonas del cuello, la cruz y los hombros. ¡Es por eso que les gusta tanto que los cepillen y acaricien! Esta sensibilidad es también la responsable de que sean tan obedientes en la monta.

6. Los caballos tienen corazón atleta

El corazón de un caballo pesa entre tres y cuatro kilos —¡Como un bebé humano recién nacido!— y late entre 40 veces por minuto en estado de reposo, hasta 240 veces por minuto durante un ejercicio intenso.

Un dato curioso de los caballos es que pueden oír el latido del corazón humano a 1.2 metros de distancia, y cuando están en manada sincronizan sus palpitaciones entre todos. Esto les permite detectar el peligro con mayor rapidez.

7. Los dientes de los caballos cuentan historias

Un caballo mostrando sus dientes efusivamente.

Los caballos maduros tienen de 40 a 44 dientes, mientras que las yeguas tienen de 36 a 40 dientes, ya que no suelen desarrollar los colmillos. Lo más curioso de los dientes de los caballos es que nunca dejan de crecer y que, al igual que los árboles, tienen anillos de crecimiento que pueden utilizarse para estimar su edad.

8. Los caballos son herbívoros selectivos

Un caballo comiendo hierba con emoción.

Aunque son herbívoros, los caballos son bastante selectivos con su alimentación. Prefieren pastos frescos y suculentos.

La dieta básica de los equinos consiste en heno, paja y hierba; pero la calidad del forraje, así como la incorporación de otros alimentos, dependerá de la actividad que realice el animal, ya que no es lo mismo un caballo de granja que un purasangre. Eso sí, todos van a apreciar y agradecer que le des una rica zanahoria como premio.

9. Hay más de 400 razas de caballos

Un grupo de caballos salvajes.

Si bien existe una sola especie de caballo doméstico, hay más de 300 razas de caballos en el mundo; solo 130 de ellas están reconocidas por la Federación Internacional de Criadores de Caballos (WBFSH). Cada una tiene características únicas adaptadas a diferentes climas y usos.

Algunas de las razas más conocidas son:

  • El Pura Raza Español (PRE)
  • El Caballo Árabe
  • El Caballo Andaluz
  • El Caballo de Deporte Español (CDE)
  • El Caballo de Polo
  • El Caballo Appaloosa
  • El Cuarto de Milla (Quarter Horse)
  • El Criollo Colombiano
  • El Caballo Costarricense de Paso
  • El Paso Fino
  • El Caballo Peruano de Paso (CPP)
  • El Percherón

10. Libertad, socialización y ayuda terapéutica de los caballos

Dos caballos juntos al atardecer.

Los caballos son animales de manada, lo que significa que prosperan en entornos sociales. En libertad, desarrollan jerarquías para garantizar la armonía dentro del grupo. Disfrutan correr libremente y expresar comportamientos naturales, algo que suele verse limitado en entornos de cautiverio o explotación.

Más allá de su naturaleza libre, los caballos han sabido adaptarse y socializar con el hombre, que es su potencial depredador. Hoy no podríamos concebir la actividad humana sin su valiosa colaboración.

Además de su fuerza y resistencia para el trabajo, y de su belleza para los deportes, los caballos también benefician nuestra salud; un buen ejemplo es la equinoterapia y sus probados resultados positivos en personas con autismo, depresión y otras patologías.

11. Las carreras de caballos tienen un lado oscuro

A pesar de su belleza y nobleza, los caballos son explotados en la industria de las carreras. Estos animales son sometidos a un entrenamiento riguroso y a menudo sufren lesiones graves, incluso mortales. El uso de la fusta o látigo para domar o forzar a los caballos a correr más rápido es una práctica común y cruel.

12. Caballos para tracción y turismo: un tema para vigilar

Un caballo con su carruaje usado para turismo.

En España y varios países de América Latina, los caballos aún son utilizados para tracción y trabajos pesados. En áreas rurales, es usual involucrarlos en labores agrícolas y transporte de carga, mientras que en zonas urbanas marginales suelen ser empleados por recolectores de materiales reciclables.

Muchas veces, estas prácticas pasan por alto las necesidades básicas de los animales, como alimentación adecuada y descanso, comprometiendo su bienestar físico y emocional.

Por otra parte, los caballos siguen siendo explotados para paseos turísticos. En ciudades como Cartagena (Colombia) y Sevilla (España), existen carruajes tirados por caballos como atracción turística. Estas prácticas en sí mismas no representan crueldad para los animales, pero en muchos casos el personal a cargo de ellos ignoran su sintiencia y sus necesidades básicas, sometiéndolos a largas jornadas bajo condiciones climáticas extremas, falta de descanso adecuado y atención veterinaria insuficiente.

¿Qué podemos hacer para proteger a los caballos?

Ahora que conoces más datos de los caballos, es momento de poner más atención y reflexionar sobre cómo interactuamos con ellos. Si tienes la suerte de poder estar en contacto con estos hermosos e inteligentes animales, ahora cuentas con más información para tratarlos de forma responsable y empática.

Si no, también puedes hacer mucho para protegerlos:

  • Evita apoyar actividades como las carreras o el turismo que los explota. No asistas a carreras de caballos; estarás enviando un mensaje claro a la industria de que no toleras la crueldad hacia los animales.
  • Evita los paseos en carruajes tirados por caballos durante tus vacaciones. En su lugar, elige actividades éticas que no exploten a los animales, como visitar santuarios o centros equinos donde se garantice el bienestar de los caballos. Así, contribuyes a protegerlos y promueves un turismo responsable.
  • Considera respaldar organizaciones que trabajen en alternativas éticas para que las personas puedan subsistir sin recurrir al uso de caballos como tracción.

Los caballos merecen una vida libre y digna, acorde a sus necesidades naturales. Si quieres aprender más sobre cómo protegerlos, ¡suscríbete a nuestra lista de correo para recibir información exclusiva y formas de ayudar!

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