Mascotas exóticas: crueldad animal enmascarada
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Las mascotas exóticas se han convertido en un tema con muchas aristas. Ya sean aves exóticas, serpientes, monos o tortugas, sacar a un animal de su hábitat silvestre para que viva como un animal doméstico, es un acto de crueldad. La “cría” de estos animales no supone una solución, sino parte de un problema que crece, entre otras cosas, por una fuerte exposición en las redes sociales. Si ya tienes una mascota exótica en casa, te explicamos qué puedes hacer para minimizar su sufrimiento.
¿Por qué es cruel tener animales silvestres como mascota?
Si un animal —cualquiera que sea — se considera exótico, ya es razón suficiente para entender que no puede ser un animal doméstico ni ser tratado como una mascota.
Aunque esto parezca una obviedad, millones de aves, peces, reptiles e, incluso, mamíferos, son adquiridas por personas de todo el mundo como mascotas exóticas. La mayoría de estos compradores se consideran amantes de los animales, pero no han tomado conciencia del sufrimiento al que los someten. Es urgente entender que las necesidades y los comportamientos naturales de un animal silvestre no se pueden satisfacer en nuestros hogares.
Los animales vendidos como mascotas exóticas soportan terribles condiciones de hacinamiento, falta de agua y alimentos y temperaturas extremas en su viaje a las tiendas de mascotas.
El negocio de mascotas exóticas: la demanda crece y el peligro aumenta
El comercio de mascotas exóticas comenzó con la extracción de los animales de su hábitat natural, una práctica cruel y peligrosa de por sí. Pero el problema se agravó cuando se incrementó la demanda y se implementó la cría comercial de fauna silvestre, un concepto ilógico y contradictorio que esconde un gigantesco y lucrativo negocio a costa del bienestar animal.
La cría de fauna silvestre se vende como la solución para detener la extracción de animales de la naturaleza, pero en realidad es parte del problema, pues, aunque se supone que está regulada y es legal en muchos países, es una industria que prioriza el beneficio comercial y no el de los animales.
Hay aspectos legales e ilegales en el comercio de mascotas exóticas, pero la legalidad no importa; ya sean criados en cautiverio o cazados en la naturaleza, todo es cruel. Lamentablemente, este comercio está creciendo con rapidez y puede traer consecuencias desastrosas.
Una investigación que realizamos desveló una sorprendente falta de transparencia en esta industria y un total desinterés por el bienestar de los miles de millones de animales silvestres que se encuentran en condiciones crueles y peligrosas dentro de estas granjas. Estas condiciones incluyen hacinamiento, falta de higiene y mala alimentación, lo que deviene en estrés para los animales y enfermedades no solo para ellos, sino también para sus cuidadores y sus futuros compradores.
La mayoría de enfermedades transmitidas desde otros animales a humanos provienen de animales silvestres.
El comercio de animales silvestres amenaza la salud pública
La pandemia de COVID-19 es una llamada de atención que nos recuerda lo que puede suceder cuando criamos animales silvestres o los tomamos de la naturaleza. Se cree que el virus comenzó en un mercado húmedo donde se vendía este tipo de animales. Cuando los humanos están cerca de ellos, aumenta la posibilidad de que los patógenos virales los contagien.
Se cree que el 70% de las enfermedades zoonóticas emergentes (transmisibles de animales a humanos) provienen de animales silvestres. Y aunque el origen de la pandemia y la comercialización de animales silvestres en mercados legales pueda parecernos algo geográficamente lejano, pero mercados que venden vida silvestre existen en países como Perú, y la transmisión este tipo de enfermedades también ocurre en América Latina y España; existan mercados o no.
¿Las mascotas exóticas están domesticadas?
Los animales domesticados como perros, gatos, vacas y pollos han pasado por un proceso de intervención humana que se ha extendido por miles de años. La domesticación implica un proceso a largo plazo de cambios genéticos en una población.
Un perro o un gato pueden ser animales de compañía porque son especies domesticadas. Un lobo o un gato silvestre, no. Como tampoco lo pueden ser aves exóticas como loros y guacamayas, serpientes, tortugas, monos y otros animales que no han pasado por el largo proceso de domesticación y cría selectiva que acabamos de describir.
Entonces, ante la pregunta “¿las mascotas exóticas están domesticadas?”, la respuesta es otra verdad obvia: Si son animales silvestres no son mascotas y no están libres de sufrimiento.
Si no están en su hábitat natural, entonces estamos atentando contra el bienestar de un animal sintiente, aunque creamos que tienen el cuidado y el amor que necesitan.
De animal silvestre a mascota exótica: el viaje
El viaje de un animal en el comercio de mascotas exóticas es cruel y, a menudo, mortal.
Pensemos, por un momento, en el largo y tortuoso camino que un animal silvestre tuvo que recorrer para llegar al hogar, a la tienda de mascotas o al lugar de cautiverio en el que le toque estar.
Al ser arrancados de su ambiente original y separados de su manada o su madre, estos animales silvestres sufren gran estrés y miedo. Además, los métodos de caza y captura suelen ser crueles y despiadados, resultando en lesiones o la muerte.
Ya sea que haya sido cazado furtivamente o criado en cautiverio, las mascotas exóticas deben atravesar grandes distancias antes de llegar a su destino final. Muchas veces son transportadas en pequeñas jaulas hacinadas junto a otros ejemplares y recorren largos trayectos sin comida ni agua.
Mayoría de mascotas exóticas mueren
Se cree que hasta cuatro de cada cinco animales atrapados en el comercio ilegal de vida silvestre morirán en este periodo de transporte o durante el primer año de cautiverio.
El cambio de hábitat limita el comportamiento natural de los animales y pone en riesgo su bienestar mental y físico. A menudo carecen de refugio adecuado, alimentos, espacio para deambular y control ambiental para satisfacer sus necesidades de supervivencia, como por ejemplo, mantener su cuerpo a una temperatura adecuada.
Creemos que los animales silvestres pertenecen a la naturaleza y no deben ser mascotas. Una vida en cautiverio está muy lejos del complejo y diverso mundo natural del que provienen.
Las redes sociales son parte del problema
El alcance y la viralización de mensajes en redes sociales es universal y puede servir para solucionar problemas o para agravarlos. Por desgracia, este último ha sido el caso con las mascotas exóticas.
El glamour que se le da a las mascotas exóticas en la cultura pop y las redes sociales enmascara la crueldad y vuelve “aceptable” su comercio a nivel social.
Nuestra investigación muestra que los videos “tiernos” que los potenciales compradores ven en las redes sociales influyen en su decisión de comprar un animal silvestre: al menos el 15% de los dueños de mascotas exóticas encuestados se vieron influenciados por videos de este tipo en YouTube.
Sabemos que las redes sociales son un mercado que no está bien regulado. Muchas plataformas carecen de políticas contra el comercio de vida silvestre y, en algunos países, se venden animales capturados en la naturaleza sin supervisión alguna. Al permitir esta actividad en sus plataformas, han abierto la puerta al comercio ilegal de vida silvestre.
En pocas palabras: no nos gustan los “Me gusta” de las redes sociales hacia las mascotas exóticas. 👎
Los problemas globales requieren soluciones globales
El comercio de animales silvestres como mascotas exóticas es un problema global que debe ser atendido, en primera instancia, por los gobiernos de todo el mundo, pero también por la sociedad en general.
Si no hay demanda, se acabará la oferta de mascotas exóticas y, por ende, la cría comercial de fauna silvestre y el sufrimiento animal.
El comercio de vida silvestre aumenta los riesgos para la salud humana y animal, compromete el bienestar animal y ejerce una presión inmensa e insostenible sobre la biodiversidad de nuestro planeta.
Por suerte, se están logrando avances, como la prohibición a la importación de serpientes desde África Occidental hacia España por parte de la Unión Europea.
En lo que a protección y defensa de los animales se refiere, cada acto, por pequeño que parezca, puede marcar la diferencia. Que hayas leído este artículo, es un gran paso. Ayúdanos a difundirlo compartiéndolo en tus redes.
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